Monday, January 29, 2007

Así no más po



Ayer te quería
Hoy te odio
Ya no me hablas
Y cuando me hablas
Yo callo
Pero callo y piensas
Y mi mente se queda en blanco
Y la tuya en negro
Dejo de pensar y te beso
Y esquivas mis labios
Me miras y cierro los ojos
Y cuando los abro ya no estás
Te busco y estas con él
Pero me buscas en un abrazo
Y me voy con ella
Y te pierdo
Y me pierdes
Y así no más po

Ayer te quería
Hoy te odio
Y mañana seremos uno de nuevo
Y aunque jamás lo hallamos sido
Me justa jugar con las palabras.

Saturday, January 06, 2007

Lluvia


Bajo un puente que lo protegía de la humedad del torrente intranquilo que azotaba a la ciudad se encontraba un vagabundo, concentrado en maravillarse con el azotar de las lluvias ocasionales de primavera hacia el caudal creciente del Mapocho.
Se maravillaba observando como se formaban distintos oleajes, con un vaivén de la mar que de a momentos pasaba de ser brava como en huracán a la serenidad placida de un lago no descubierto.
En la calamidad y tranquilidad que le proporcionaba el río contorsionado a su mente, el vagabundo recordaba a su mujer, sus peleas, sus gritos. Recordaba su casa, amplia y de 2 pisos. A su jefe, quien lo corría al pillarlo follando con su señora (JA!).
Sus 2 autos, su casa en la playa, los altos ejecutivos de terno y corbata, la fineza del restorán, las visitas al viejo continente, como también a los países pioneros en la tecnología, todo para conseguir una firmita huevóna.
Y después de divagar entre esos pensamientos, pasó a temas mas contingentes y de mayor relevancia; comenzó a analizar su vida actual, comenzando por sus ropajes, todos encontrados en la basura ajena, basura pituca, o bien en los depósitos de basura ilegal que se encuentran en la bonita ciudad de santiago. De los ropajes pasó a la comida, donde una cáscara de naranja con un poco de su carne y un vigotiado de los conchos de jugo que había en las cajitas eran suficientes para saciar la necesidad.
El coito no era un problema, pues sus manos grandes y gastadas, más un poco del correr libre de su imaginación eran capaces de brindarle la satisfacción que ni las estrellas camales estaban facultadas a otorgar.
Su hogar ya no estaba constituido por las murallas de un castillo como su antigua y cuica casa en vitacura, sino que ahora residía donde lo invitara la tierra, donde recomendase el sueño y donde algo tibiecito dijera “aquí”.
Sus viajes alrededor del globo ahora se encontraban subyugados a donde sus piernas le pudiesen llevar.

Y así una sucesión de sucesos y comparaciones realizaba el vagabundo mientras seguía contemplando aquella lluvia que lo envolvía en su húmeda garuga.
Terminado todo ese racconto que lo llevó a ver su vieja vida y compararla con su actual pasar, recordó a un filosofo que leyó alguna vez durante sus estudios de post grado en filosofía, que decía que la perfección no necesita de nada para sustentarse en su concepto de perfección…en la mente del vagabundo no se escucho nada mas que el choque de las aguas por unos instantes, hasta que, con las palabras del filosofo, y con la contemplación de su vida actual, dio cuenta que su condición de vagabundo también era perfecta! No necesitaba del dinero para sustentarse, no necesitaba a las mujeres, ni hogares fortificados, no camisas de seda, ni comidas eróticas, ni duchas, ni tecnología, ni baños…no necesitaba nisiquiera que la gente lo viese, nisiquiera necesitaba que la gente supiece que en el mundo existían los vagabundos para mantenerse en su propio concepto.

El hombre comenzaba a enamorarse de su condición, al saberse necesario de nada, ¡QUE HERMOSO!...no tener que estar subyugado a nada más que a tu propio cuerpo, se decía el vagabundo. Pero una vez cautivado por su absoluta libertad sintió un brusco movimiento en el hombro, que lo impulsaba directo a la realidad. Amor, comete el desayuno que vas a llegar tarde. Llamó el vicepresidente de la compañía y dijo que te esperaba a las 8 en punto.El hombre se sintió como uno se siente cuando su enamorada atraca con otro frente a uno, y de golpe se paró de la mesa, dándole vuelta junto con unas cuantas sillas y salio corriendo a la calle con los ojos desorbitados y su respiración acelerada.

Desesperado el hombre comenzó a buscar basura y se dirigió al basurero más próximo que encontró. Allí, y de un solo movimiento (aunque torpe y cortado) se bajo el cierre y comenzó a masturbarse, pensando en el lapsus de vida perfecta que tuvo. Se agitaba el pene con furia, con rabia (y al mismo tiempo lloraba), pero cuando llego al clímax de su masturbación, notó con asombro que no expulsó su todo su enojo acumulado, y que no pudo dejar testimonio de su angustia en las calles. Y para cuando se dispuso a secarse las lágrimas se dio cuenta que ni una sola gota escurría por su rostro afectado. Fue corriendo a su patio (intrigado) y se conectó la manguera en la boca (pensando en deshidratación) y comenzó a beber y beber, y a los cuantos segundos, el agua le comenzó a salir por la nariz, seguido por los ojos, por las orejas, por el ombligo, por el oyo del culo, y le comenzó a salir el agua por los poros, y el agua comenzó a circular por los zurcos de su piel, y el hombre se comenzó a sentir extraño, y cada vez más débil, hasta el que el hombre se desplomo, se deshizo en agua y se fusionaba con la tierra.

Así solo hay que esperar un tiempo, para que el agua se evaporé, llegue a las nubes y comience el deleite y la invitación a soñar a otro vagabundo.

Wednesday, January 03, 2007

¿Bang?

La tristeza
Es tan profunda
Que ni siquiera
Un tiro
En la sien
Es capaz
De alcanzarla.