Mundo mundo


Nos has dicho que hemos fracasado. Que hemos tenido sueños frágiles, sueños de mar, sueños absolutos. Nos has dicho que la historia no es nuestra: “pertenece a otra estirpe. Pertenece a los relucientes atuendos, a las bastas tierras, a la cruz y a las armas”.Nos has visto crecer desde la cuna; aceptar a los dioses y transformarnos en dioses. Nos has visto maltratados, enfermos, cansados, o bien con el puño esperanzado por el viento revolucionario del pueblo crucificado en tus palabras.Nos has visto fracasar en el amor, en las amistades, en la relación filial, en la maternidad y paternidad, y también nos has visto pensar que pudo ser distinto.Nos has visto perdidos en nuestros pensamientos, presos en nuestra realidad imaginativa, construyendo vida, sujetos a los fríos barrotes y alienados al pan y agua.Y hemos trabajado juntos. En lo absoluto somos nada, somos todo. Somos continuos, necesarios pero hemos sido insuficientes para superar lo productivo. Hemos sufrido de tu racismo y de tu reaccionismo y has alejado lo mas preciado, lo has apartado de su naturaleza ética y lo has llamado utopía.Dime quien te engendro en la infinitud. Dime quien te ha educado: ¿Fueron los Pelasgos? ¿Los hombres de La Hélade? ¿Los Sumerios? ¿Hamurabi? ¿Fue Jesús, o quizás Buda? ¿Mahoma? ¿Confucio? ¿Tao? Dime, dueña de todas las cosas, razón nuestra que nos restringe a combatir tus negaciones, dime quien es tu dueño, quien te ha protegido, quien te ha hecho indispensable, pero sobre todo, dime, ¿en que momento aceptamos el lapidario yugo de tus azotes morales?